El trinar de los pájaros en las ramas de luz de la camelia.
Perderse en un aforismo que despeina al desayunar.
Leer. Anotar.
Pasear sin rumbo entre mermeladas de calabaza y melón.
Asomar la nariz bajo el sombrero al mediodía y terminar arrepintiéndose para dormitar una siesta.
Disfrutar de los minutos
cual gajos de mandarina fresca.
Deleitarse en el beso y el abrazo, aún más.
Lentitud.
Saborear.
Pereza de trabajar.
Época de reencuentros y visitas ansiadas.
Amor, corazón, algas y sal.
Labios con hierba.
Ojos deslumbrados por el sol de agosto.
Sentados bajo la luna el tiempo no pasa.
Nos acuna, nos cuida.
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