Nos reímos de sus vacíos discursos.
Ya no encendemos sus televisiones obstinadas en mostrar obscenas imágenes de su mundo.
Como ya les ignoramos nos empleamos en querernos y en buscar otros paisajes.
Buscamos la belleza y vivir tranquilos. Honradamente.
Ya hace tiempo que sabíamos que el dinero
estaba dónde no tenía que estar: en los paraísos fiscales.
Mal dinero ganado de mala manera.
Ya descubrimos sus mentiras hace años
y sus caretas
y sus vidas de clase alta, de papel cuché.
Por si de repente llovía nos buscamos un parasol.
Valemos mucho más que ellos
y mucho más que los mercados.
Somos personas de dignidad y cabeza alta.
Somos más y mas sensatos.
Por todo ello.
Ya no vivimos en su reino.
Somos otros gracias a que ellos siguen siendo los mismo: Nadies.
Que se vayan ellos.
Que nosotros no nos vamos.
O en todo caso, nos vamos a donde nos plazca.