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sábado, 5 de abril de 2014

My Way por Nina Simone


Nina Simone, cuyo Verdadero nombre fue Eunice Waymon (Tryon, Estados Unidos, 21 de febrero de 1933 - Carry-le-Rouet, Francia, 21 de abril de 2003), fue una de las figuras más extraordinarias e inclasificables de la música afroamericana . Educada en la neoyorquina Escuela de Música Julliard, comprobó que el color de piel fue siempre un muro demasiado grande contra el que luchar.  Idolatrada en Francia, ignorada en su país natal.  Defensora de los derechos civiles de los negros, mantuvo su estilo y los temas de club nocturno, alternando con algunas versiones,que ya son parte de la Historia de la música del Siglo XX. Su directos eran como su biografía y su estética, o una bomba o un zombi autómata sin la fuerza del directo. A mi me transmite sensaciones que me llevan donde su voz quiere. 

ninasimone.com


Hay que escribir


"Hay que escribir como si ya hubiésemos confirmado que nos vamos a morir"

Enrique Vila Matas

Fotos de El amanuense





The Grand Hotel Budapest


Otra obra de Wes Anderson. Esta vez con arquitectura de otro Siglo.  La Época de La Gran Europa de los balnearios, los Grandes Viajes, y la Cultura mezclada con los modales y los idiomas. Los hoteles como lugares de encuentro, vidas narradas, sueños y aventuras. El arranque de la película es soberbio, atrapa y pides que no decaiga el ritmo ni la fuerza. El peso de la Historia lo lleva Ralph Fiennes, secundado por un reparto de lujo: actrices y actores de reparto para la ocasión, que consiguen una obra hermosa, divertida, melancólica, llevada al límite del estilo personal de Wes, sin caer en el esperpento. El bigote dalianiano de Brodey, el miedo que mete su hermano Dafoe, la dulzura de unos personajes amenazados por el terrible y cruel nazismo ,contado todo en un tono de aventura, pero narrando historias de seres humanos. La casa de muñecas, que es ese hotel que me atrapa y me da ganas de no salir jamás de él. Afuera soplan malos vientos. Escucho al recordarla textos de Sandor Marai, y de La montaña mágica. Y nunca me canso de ver las delicias que rueda este director y que me huelen siempre a buen cine.

De Octavio Paz, por Sopeña y el Loco: Central Park