Un cuaderno de pastas duras para llevar en el bolsillo de la trenka. Apoyarlo en las rodillas y poder escribir todo aquello nos sacia los anhelos de belleza. Bocetos de incertidumbres y utopías. Una estilográfica de tinta azul.
«La música y la política determinaban mi vida. No tenía ninguna otra ambición personal».
Nina Simone, 1967
No hacen falta palabras. La música, la voz, la entonación, el alma, la vida la pone Nina Simone en este tema. Lilae Wine. Uno más de las decenas de temas de la inimitable y especial Eunice.
Guitarrista, poeta, silencioso hombre de pelo cano. Indagó con sabiduría en el flamenco y otras músicas. Poeta cuando lo llegaban las palabras. Derrochaba talento en sus obras. Y como siempre algunas ya perdidas en editoriales desaparecidas. Nos queda su obra, pero nos falta la voz. La voz de un gran poeta, un gran intelectual. Un hombre modesto de pequeñas y desgarradas palabras.