No hace falta subir al último piso de los rascacielos ni a la cima de las montañas y mirar abajo para adquirir constancia de la pequeñez humana. En realidad basta con contener la respiración durante un minuto, si aguantas.
Frans Masereel |
Un cuaderno de pastas duras para llevar en el bolsillo de la trenka. Apoyarlo en las rodillas y poder escribir todo aquello nos sacia los anhelos de belleza. Bocetos de incertidumbres y utopías. Una estilográfica de tinta azul.
Frans Masereel |