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sábado, 22 de diciembre de 2012

Los bárbaros que no llegarán



Esperando a los bárbaros - por Konstantinos Kavafis

¿Qué esperamos agrupados en la plaza?

Hoy llegan los bárbaros.

¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.

¿Qué leyes votarán los senadores?

Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.

¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
en su alto trono, coronado y solemne?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir
a su jefe. Al que hará entrega
de un largo pergamino. En él
escritas hay muchas dignidades y títulos.

¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas?
¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados
en oro y plata, signos de su poder?

Porque hoy llegan los bárbaros;
y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?

Porque hoy llegan los bárbaros
que odian la retórica y los largos discursos.

¿Por qué de pronto esa inquietud
y movimiento? (Cuánta gravedad en los rostros.)
¿Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?

Porque la noche cae y no llegan los bárbaros.
Y gente venida desde la frontera
afirma que ya no hay bárbaros.

¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?
Quizá ellos fueran una solución después de todo.


Konstantinos Kavafis (1863-1933), poeta griego.



Los sueños de los bárbaros, aun expulsados, aniquilados o alejados a los territorios más inhóspitos siguen causando inquietud entre los señores del poder. Se les desacreditó, y ellos siguieron su senda, su vivir humano, organizando la vida para que vivir fuera algo más que una tarjeta de crédito y un verbo pasivo. Vivir era sin duda para ellos el vivir siendo y buscando el consuelo de con los semejantes y también el de la Naturaleza. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Kavafis


Acabo de releer un libro sobre la obra y vida de Kavafis, de la editorial Barcanova, escrito por José Ribas Sanpons, que a su vez me ha sumergido en el libro de los poemas (Editorial Hiperión, nº 1 de la colección, con traducción y anotaciones de José María Álvarez)   del poeta nacido  en Alejandría y fallecido en 1933  en su amada ciudad. La misma que desaparecía con su muerto. Él era el último gran amante de las culturas helenas del Mediterráneo alejandrino.No escapó a Londres, ni a Grecia. Malvivió libre en sus cafés, terrazas o habitaciones sombrías en donde buscaba la belleza de los cuerpos jóvenes. L.Durrell le retrata magníficamente en su “Justine”, del imprescindible Cuarteto de Alejandría, en el personaje de Balthazar: el viejo poeta de la ciudad de las cinco razas, las cinco lenguas y la docena de religiones. Ante su mundo que se desmorona, Kavafis se refugia en la Belleza tal y como la entendieron los griegos: la Poesía.  El paisaje de burdeles, callejones, sol  y juventud, de El Cairo o de Antioquía, son ya el recuerdo de un mundo Mediterráneo y Griego que ya es  Mitología. Su único refugio es la Palabra. http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/cavafis2.htm