Este verano España se quema. Unos apagan fuegos. Otros prenden la gasolina.
Otros vemos como se devasta el paisaje. Algunos no ven que nos estamos incinerando cada día, y nos quieren recetar cerillas y alcohol.
Los pirómanos siguen libres.
No hay retenes ni bomberos ni cortafuegos.
Esto es un sálvese quien pueda.
La crónica del que narra el desarrollo del fuego, es maniqueista y cuenta
que lo público se puede quemar pues ya que no sirve que se quite del medio.
Por favor niños y ancianos primero.