Un cuaderno de pastas duras para llevar en el bolsillo de la trenka. Apoyarlo en las rodillas y poder escribir todo aquello nos sacia los anhelos de belleza. Bocetos de incertidumbres y utopías. Una estilográfica de tinta azul.
sábado, 10 de diciembre de 2011
Paseando por Salamanca
Cuesta de la Raqueta. Fachada de un bar de la época de la movida.
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