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sábado, 18 de febrero de 2012

R. Argullol, otro regalo en forma de escrito


Apenas habiéndome dado tiempo a profundizar en el libro: "El cazador de instantes. Cuaderno de travesía (1990-1995)", aparecen siempre en él  imágenes de gran sensualidad e ideas de belleza singular, envoltorios de la gran aventura que siempre es reconocerse y conocer. Mirarse y mirar. Coherencia y espiritualidad. 

Un regalo para leer sin prisas y disfrutando cada página. Para nadar contracorriente, agotarse y en la arena de la playa bajo el sol, sentir el escozor de la sal de la vida y las heridas del naufragio. Tras esta travesía los placeres de la vida, serán mas gozosos y mas plenos.

Comparto algunas perlas entresacadas de estos primeros  instantes de lectura:



Lo inesperado acaece en cada momento. (Suceso)


No debemos evitar las heridas que nos producen ciertos pensamientos cortantes como espadas:un espíritu curtido está inevitablemente lleno de cicatrices. (Cicatrices)


Los momentos de placer parece que vengan de muy lejos: han cruzado la tierra para servirte.(Momentos de placer)


Un hombre entra en la vejez cuando llega a la conclusión de que nada ocurre por primera vez. Un hombre escapa a la vejez cuando concibe la esperanza de llegar a un lugar donde, de nuevo, algo ocurre por primera vez. (Esperanza)







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