Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta Novela policiaca. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Novela policiaca. Mostrar todas las entradas

martes, 19 de marzo de 2013

Sherlock Holmes y su padre ConanDoyle (primera entrega)

Ver en la pantalla una buena adaptación al siglo XXI de las novelas de Arthur Conan Doyle , me puso en el camino de escribir sobre ambos éste primer aperitivo. Huellas, microscopios, deducción, teléfonos con wi-fi, rayos x son herramientas que al morfinómano y violinista detective le sirven en el London actual, y no quedan postizas en las adaptaciones de las aventuras junto a Dr. Watson. La estética de su apartamento en 221B Baker Street., sus ropajes, y la velocidad de la información ayudan a comprimir en hora y media de película, los cuentos más o menos largos que mayor fama dieron al médico metido a novelista ConanDoyle. Tarea difícil la de dibujar personajes, mezclar historias sin aburrir al espectador que posiblemente sea lector, aficionado, mitómano y haya visto otras adaptaciones cinematográficas o televisivas.

Cuentan, que Doyle tenía pocos pacientes en su consulta, y que inspirándose en Joseph Bell antiguo profesor universitario que tuvo en Edimburgo,(d)escribió(a ratos) a su alter ego con rasgos físicos y mentales que repartía con su inseparable personaje Dr.Watson. Pocos años después, ya más literato que galeno, dejó de ejercer la medicina, para compaginar la escritura con la investigación de los crímenes, robos y desapariciones de su época. Miembro del “Club de los crímenesinsólitos”, acudía con la policía y otros socios a lugares como aquellas callejuelas cubiertas y solitarias donde actuó Jack el Destripador. Se alimentaba de cartas, recortes de periódicos, investigaciones personales para narrar nuevas y emocionantes aventuras de su despreciado hijo Sherlock Holmes; Tan despreciado por su padre, como amado por sus lectores, que cuando lo mató, desde la madre de Arthur, hasta la gente que acudía de luto a sus trabajos y escribía cartas de protesta,  consiguió recuperarlo para la historia de la Literatura.

Inspiró a asesinos, ladrones, o secuestradores que imitaban sus sorprendentes casos policiacos. Y ayudaba con frecuencia a policías a descubrir pistas o pruebas. Sherlock, Watson, Moriarty, Irene Adler, crímenes inexplicables en habitaciones cerradas. Crímenes reales sin resolver,…Tengo la sensación de que Doyle murió sin ser consciente de la gran literatura que dejaba para la posteridad, construida en torno a esa pareja de detectives que había construido de manera magistral, en las miles de páginas de sus 60 aventuras. Buscó la fama y la excelencia en otras novelas históricas que no pasaron de ser mediocres, sin saber que pasaría a ser reconocido como un gran escritor gracias a ese hijo morfinómano, fumador y sagaz que es Sherlock Holmes.

La visión de la serie, mi agotadora curiosidad, algunos comentarios de amigos y amigas, la lectura de una biografía atípica de ConanDoyle, y una revista de CLIJ sobre el tema me ha conducido a escribir sobre ello. Ésta es la primera de las entregas, como se hacía en esa época del siglo XIX, publicaré semanalmente, de manera casi gratuita y manteniendo una pequeña dosis de intriga.
Continuara…