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sábado, 8 de diciembre de 2012

Ángel González, poeta



Me basta así

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti; 
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia 
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando  -luego-  callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.


domingo, 14 de octubre de 2012

El poeta viajero en su retiro: Mark Strand

Poeta, ensayista, traductor, editor, urbanita retirado a los campos

Mark Strand (Summerside, Prince Edward Island, Canadá, 1934), poeta sugerido por Chus, en este fin de semana de conversaciones, intercambio de libros, viandas y silencios cargados de palabras. Poeta editado por Visor en nuestra tierra. Enigmático pero diáfano en su escritura, con acertijos entre lineas, soledades, brevedades y adjetivos que aciertan a definir un instante detenido. Medida mezcla de poema sencillo y acabado, o tomadura de pelo bocetada sin sentido. Brevedades cargadas de sensaciones. Un mago semi oculto tras sus libros. Un prestidigitador que puede sacar cualquier objeto de su bolígrafo y convertirlo en tentador poema que uno no cesa de repetir como mantra posesivo. Tras leer algunos de sus poemas, quiero compartir alguno. Imagino al escritor whisky en mano, tras el trabajo bien realizado, puliendo el poema, dejándolo reposar en el cuaderno en la oscura noche, cargándose de razones antes de que el impresor le de tinta y forma. La única razón es que el poema solamente puede ser de la manera soñada. Atmósferas y recuerdos personales.


MADRE E HIJO (original leído por el autor aquí)

El hijo entra en el dormitorio de la madre
y se queda junto a la cama en la que ella está echada. 
El hijo cree que ella quiere decirle
lo que él anhela oír… que es su niño,
siempre será su niño. El hijo se inclina 
a besar los labios de la madre, pero los labios están fríos.
Ha comenzado el entierro de los sentimientos. El hijo
toca la mano de su madre por última vez,  
luego se vuelve y ve la luna llena. 
Cruza el suelo una luz de ceniza.  
Si la luna hablara, ¿qué diría?
Si la luna hablara, no diría nada.





Diana Bellessi, poetisa


“Háblame de la edad
dorada que será
mañana porque soñamos hoy”
Diana Bellessi, “Mírame…”, en La edad dorada


Bellesi, la poetisa (la segunda por la izquierda) en su asistenci
a a El Martes de Eterna Cadencia en Buenos Aires
Nuestra amiga Ana, nos recomienda  este fin de semana la lectura de poemas de Diana Bellessi (Zavalla, Santa Fe, 1946), y sin demora nos ponemos a ello. Sus historias son cotidianas, concisas, llenas de fuerza para encarar los amanceres venideros. A través del lenguaje nos invade con sensaciones, alegrías, intimidades, carcajadas e ironías  Un lujo leer a la argentina.  Aquí queda un ejemplo de su escritura



"Retrato de unas damas" de libro inédito en los álamos veo


Qué bien, esas señoras 
inglesas desnudándose
para hacer almanaques
Cincuentonas dispuestas
a diversión y riesgo
con objetivos altos:
juntar plata. Tarea                       
de beneficencia que hasta                
Evita aplaudiría,                          
sí, guiñando un ojo                      
y el otro, clavado
en la bailanta más
cercana recordando
esto sí que es la vida
Pero no llevarían
por delante los títulos
de diarios ni ningún
pastor bautista a darles                 
presto la absolución
Porque el trato señores                      
es obra, caridad
y no la diversión
de la negrada alegre
por quien estas señoras
que aplaudo tanto y tanto
en un pueblito inglés
se desnudaron. Ellas
dicen, se inspiraron
en aquella película
de streapers donde todos
eran desocupados
Qué bien, qué divertidos
somos cómo aprendemos 
la lección. Es la cuna
del feminismo y Engels
aplaudiría igual 
que yo, clap, clap el mono
aunque nunca quizás
se fundiría en esa
noche de bailanta, arde
y lo que arde quema
y no entra en almanaques,
caderas, sudor, tetas
se gastan en el aire
para nada, ninguna
capelina inglesa 
las cubre, ¿pudor?, no,
un borrón, aquí no hay
teletipos ni diarios
ni pastor metodista
-perdón, no era bautista-
sutil diciendo: veo
más que eso asomándome
a esta cerca. ¿Acaso
se desnudaría usted?
musitó el periodista,
me pagan por andar
vestido, respondió
y clap, clap cómo aplaude
esta mona que nunca
conseguirá la gracia
plena y áspera de otra
cuartetera bailanta
Trajecito inglés y
capelina pálida.

martes, 9 de octubre de 2012

Lluvia de Haikus





SELECCIÓN DE "HAIKUS DE LA LLUVIA Y OTROS POEMAS BREVES"
Autor: Félix Morales Prado


Llueve tan fuerte
que el espacio parece
un cristal rayado.



En los cristales
caen, lágrimas, las gotas.
Amada lluvia.



Nubes y viento.
Tal vez llueva esta tarde.
Melancolía.


Amor, ¿recuerdas?
Siempre que llueve así,
amor, recuerdas.

.

Limitaciones
blandas pone la lluvia
en los sentimientos.



La lluvia cae
al vaso del hogar
tras la ventana.



Estamos solos.
La lluvia nos acuna
como una nana.


Como en el verso
de Verlaine cae la lluvia
en mi corazón.



Noche de invierno.
Los hilos de la lluvia
cosen el viento.


Retama amarga.
Tienes hojas de lluvia.
También mi alma.


El cuerpo envejece
y el alma
sigue siendo una niña escondida.



La lluvia canta en la bóveda del cielo.
Los pájaros acechan la memoria cansada


Inmensa como un desierto,
blanca y callada,
la soledad bajó a mi corazón.


Estoy en el camino símbolo,
que transcurre a través de mí mismo
y comienza
a la salida de mi ciudad.



Brilla la luna
en el fondo de mí
como en la noche
en el fondo del mar
brilla la luna



Alma, hija del cuerpo (reflejo del alma)



La noche tiene dentro un grito.
Pudiera ser el mío.



Quiero llegar, inútilmente,
hasta mi propio corazón.


Vivir en una casa
con tejado de cinc
para aprender
los lenguajes
de la lluvia.


Mis manos en la noche
buscando
sólo encuentran
tus manos en la noche
buscando.




domingo, 7 de octubre de 2012

Antonio Machado y Corpus Barga: el Paul Valery español, les dijo Barga a los gendarmes en la frontera...


Ultima fotografía del gran poeta Antonio Machado (Sevilla, 26 de julio de 1875 – Colliure, 22 de febrero de 1939) . Tomada posiblemente el 27 de Enero del año 39, en Port Bou, ya en el exilio, por Corpus Barga (Madrid, 1887 - Lima, 1975). El deterioro de la mirada del profesor de francés, delata el cansancio, el hastió,  y  su desesperanza, abocado al final de sus días, ya inminente. Sevilla, Madrid, Soria, Baeza, Segovia, Madrid, Valencia, Barcelona, Coillure...termina su viaje, libre ya de toda preocupación. 



domingo, 23 de septiembre de 2012

Otoño


Otoño

Otoño es el inicio de la necesaria y ansiada agua caída del cielo. Es el viento fresco que renueva los aires, y esparce los últimos calores del final del mes de septiembre. Son las primeras tardes ya oscuras de castañas asadas y de infusiones calientes. Los frutos del bosque se asoman entre los ocres y rojizos de hojas y ramas que comienzan a desnudarse. Abrigamos las camas, el cuerpo y las almas.





Amanecer de otoño

Antonio Machado,  Campos de Castilla, 1907-1917

                                                       Una larga carretera 

entre grises peñascales, 
y alguna humilde pradera 
donde pacen negros toros. Zarzas, malezas,jarales. 

Está la tierra mojada 
por las gotas del rocío, 
y la alameda dorada, 
hacia la curva del río. 
Tras los montes de violeta 
quebrado el primer albor: 
a la espalda la escopeta, 
entre sus galgos agudos, caminando un cazador.





miércoles, 13 de junio de 2012

J. Álvarez y P. Guerrero: Pido las nubes que alientan mis poemas




Una obra de arte. Música. Poesía. Voces. Silencios.Coros.
Alegría de poder cantar a los cuatro vientos. Exactitud en la frase.
La palabra perfecta. La nota adecuada. No digo más.
Plenitud.

lunes, 14 de mayo de 2012

Pepe Hierro: Cuaderno de Nueva York.



Estábamos, estaban
sumidos en el tiempo.
Desvélalos, nostalgia.
Primavera, despiértalos.

Restituye, regresa
las sombras a su reino.
Dales vida. Recobren
la verdad que tuvieron.

Que el vino les pregunte
con su dorado acento
y que ellos le respondan
con palabras de fuego,

con palabras de sombra
con sonido de viento,
con aroma de bosque
que calla su secreto.


 Numero 326. Poesia Hiperión.
 Editorial Hiperión. 1.998.





Dibujante. Pintor. Fumador. Cráneo prusiano. Poeta. Enorme Poeta con despacho en el Bar La Moderna, de la Avenida de Barcelona en Madrid. De horizonte amplio, no hay más que mirar la mar en sus ojos claros. Bebía Chinchón y dibujaba en humildes servilletas de papel irrepetibles obras de arte, mientra escuchaba o declamaba con voz grave algunos de sus inimitables poemas. Persona sencilla. Renacentista. Voz y palabra escrita. 





domingo, 29 de abril de 2012

Wislawa Szymorska: La gran dama de la poesía Polaca.


Si me detengo a mirar unos segundos
las imágenes de la Premio Nobel polaca siento:
admiración por la alegría que desprenden sus fotografías,
perplejidad por su afición por fumar,
quietud ante su belleza de joven atrevida,
respeto delante de la eterna elegancia de hermosa anciana  digna y sabia.
Cuando leo sus escritos
inhalo su amor por la poesía,
por la vida,
por la Belleza.

Dama sobreviviente de la II Guerra Mundial.
Superviviente como lo fue Polonia.
Dulce como los bombones con los que recibía
en su pequeño y acogedor hogar de Cracovia.
Transparente  al escribir como el brandy
que tenia sobre la mesa de su escritorio.
Poética en esencia
como el tuétano de la misteriosa existencia.

Dignidad es el sinónimo de esta gran mujer. Gran poetisa.



Bajo una pequeña estrella

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
      por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo
      el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco
      de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño
      a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas
      respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
      cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras. 



WISLAWA SZYMBORSKA EN ESPAÑOL


•  El gran número. Fin y principio y otros poemas. Vv. Tt. Hiperión, Madrid, 1997.
•  Poesía no completa. Trad. G. Beltrán y 
A. Murcia. Fondo de C. Económica, México, 2002 (2ª ed. 2008).
•  Instante. Trad. G. Beltrán y A. Murcia. Igitur, Barcelona, 2004.
•  Paisaje con grano de arena. Trad. A. M. Moix y J. W. Slawomirski. Lumen, Barcelona, 2005.
•  Dos puntos. Trad. G. Beltrán y A. Murcia. Ígitur, Barcelona, 2007.
•  Aquí. Trad. G. Beltrán y A. Murcia. Bartleby, Madrid, 2009.
•  Lecturas no obligatorias. Prosas. Trad. Manel Bellmunt. Alfabia, Barcelona, 2009.








miércoles, 14 de marzo de 2012

Gabriel Celaya


Gabriel Celaya es el poeta de la dulzura, de la visión de un Mundo mejor,
más habitable, más repleto de días felices .
Ingeniero del amor y de profesión, bajo seudónimo firmaba, y estampaba en tinta la hermosa poesía que brotaba de su sensible mirar a la vida. Su enamoramiento por la gente y por su pareja: Amparichu, emocionan cuanto más tiempo transcurre desde su escritura.
Ni las penurias económicas, ni el aislamiento político, pudieron con sus proyectos de futuro.

Extraordinaria pagina para conocer su obra, es la de la Diputación Foral de Gipuzkoa que podéis visitar aquí, donde de manera extensa está reflejada su vida a través de sus escritos, imágenes y  poemas.


Su hermoso poema,  bien podría colocarse a la entrada de las Escuelas 
para leerlo niños, familias y educadores y entrar en una fase
de soñar todos juntos 
una escuela más humana, más transformadora, más desde los sentimientos
más para la vida.



EDUCAR 

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada. 

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas. 

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada. 

Gabriel Celaya

jueves, 22 de diciembre de 2011

Invierno


Poema Invierno Tardío de Antonio Colinas

No es increíble cuanto ven mis ojos:
nieva sobre el almendro florido,
nieva sobre la nieve.
Este invierno mi ánimo
es como una primavera temprana,
es como un almendro florido
bajo la nieve.
Hay demasiado frío
esta tarde en el mundo.
Pero abro la puerta a mi perro
y con él entra en casa calor, entra la humanidad.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Pepe Hierro


Lope. La noche. Marta 

He abierto la ventana. Entra sin hacer ruido
(afuera deja sus constelaciones).
«Buenas noches, Noche».
Pasa las páginas de sombra
en las que todo está ya escrito.
Viene a pedirme cuentas.

«Salí al rayar el alba -digo-.
Lamía el sol las paredes leprosas.
Olía a vino, a miel, a jara»
(Deslumbrada por tanta claridad
ha entornado los ojos).
La llevan mis palabras por calles, ascuas, no lo sé:
oye la plata de las campanadas.
Ante la puerta de la iglesia
me callo, me detengo -entraría conmigo
si yo no me callase, si no me detuviera-;
yo sé bien lo que quiere la Noche;
lo de todas las noches;
si no, por qué habría venido.

Ya mi memoria no es lo que era. En la misa del alba
no dije Agnus Dei qui tollis peccata mundi,
sino que dije Marta Dei (ella es también cordero de Dios
que quita mis pecados del mundo).
La Noche no podría comprenderlo,
y qué decirle, y cómo, para que lo entendiese.

No me pregunta nada la Noche,
no me pregunta nada. Ella lo sabe todo
antes que yo lo diga, antes que yo lo sepa.
Ella ha oído esos versos
que se escupen de boca en boca, versos
de un malaleche del Andalucía
-al que otro malaleche de solar montañés
llamara «capellán del rey de bastos»-
en los que se hace mofa de mí y de Marta,
amor mío, resumen de todos mis amores:
      Dicho me han por una carta
      que es tu cómica persona
      sobre los manteles, mona
      y entre las sábanas, Marta.

qué sabrá ese tahúr, ese amargado
lo que es amor.
La Noche trae entre los pliegues de su toga
un polvillo de música, como el del ala de la mariposa.
Una música hilada en la vihuela
del maestro del danzar, nuestro vecino.
En la cocina la estará escuchando Marta;
danzará, mientras barre el suelo que no ve,
manchado de ceniza, de aroma, de trigo candeal,
de jazmines, de estrellas, de papeles rompidos.
Danza y barre Marta.

Pido a la Noche que se vaya. Hasta mañana, Noche.
Déjame que descanse. Cuando amanezca regaré el jardín,
saldré después a decir misa
-Deus meus, Deus meus, quare tristis est anima mea-
luego volveré a casa, terminaré una epístola en tercetos,
escribiré unas hojas
de la comedia que encargaron unos representantes.
Que las cosas no marchan bien en el teatro,
y uno no puede dormirse en los laureles.

Hasta mañana, Noche.
Tengo que dar la cena a Marta,
asearla, peinarla (ella no vive ya en el mundo nuestro),
cuidar que no alborote mis papeles,
que no apuñale las paredes con mis plumas
-mis bien cortadas plumas-,
tengo que confesarla. «Padre, vivo en pecado»
(no sabe que el pecado es de los dos),
y dirá luego: «Lope, quiero morirme»
(y qué sucedería si yo muriese antes que ella).
Ego te absolvo.

Y luego, sosegada, le contaré, para dormirla,
aventuras de olas, de galeones, de arcabuces, de rumbos marinos,
de lugares vividos y soñados: de lo que fue
y que no fue y que pudo ser mi vida.

Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar.

De "Agenda" 1991


sábado, 26 de noviembre de 2011

Rafael Argullol

Rafael Argullol


 La precisión poética, en tiempos de titular vacío y urgente
la calma en la tormenta,
la hoguera en la oscuridad
la lentitud y la perseverancia en las noches y días
con un largo recorrido.
Atmósfera y sugerencia. Bálsamo o aguja según convenga.
Leerle para crecer antes o tras el amanecer.
En librerías y bibliotecas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Lluvia para la travesia del desierto

En este otoño distinto
no nos queda mucho más que empaparnos.
Bebernos el zumo de las nubes.
Nubes que siempre nos salpican humildad.

Hacer camino y deleitarnos con lo que nos ofrezca la senda.
Para la travesía: Silencios. Tierra. Observación.
Sencillez, y coherencia.
Para la noche: lumbre, lectura, palabras y sueños.

Olvidadas viejas victorias
caminemos en los  nuevos mapas
para hacer rutas hacia paisajes de ilusiones renovadas.

Nuevas miradas de niño en las gafas de esta nueva arquitectura.


Para la sed de viaje el agua de los cielos


martes, 8 de noviembre de 2011

Luis Pastor y Lourdes Guerra: coherencia y belleza


La coherencia, la humildad, el esfuerzo y la búsqueda de la belleza son los rasgos que hacen que admire las actuaciones del cantautor de Berzocana-Vallecas. Aceptó el reto de poner música a los poemas de Jose Saramago en un doble (bilingüe) disco inolvidable. Siempre aparece allí donde le quieren y le reclaman, siempre activo y comprometido con sus ideales. Todo un ejemplo.

Se fué el poeta Tomás Segovia




"Siempre me canso de contar / Antes de contemplar el inventario / De todo lo que tengo / Tantos amaneceres y crepúsculos / Y altas noches calladas / Tantos árboles por todo el mundo / Casi todos con pájaros / Tantas delicias para el tacto y para el ojo / Y el oído hasta donde todavía me llega / Para el olfato y el taimado gusto / Y tantas horas para estar despierto / Y otras para soñar dormido / Y tantos días con sus noches / Como el fiel renovarse de las olas / Todo eso tengo y además / La mujer que me tiene".